24 de febrero de 2011

M. ESNAOLA, I. SÁNCHEZ. [Actualizado el jueves 24 de febrero a las 23 horas]
Faltan quince minutos para que empiece iRedes, pero la mayoría de las butacas aún permanecen vacías. Los asistentes se resisten a tomar asiento hasta el último minuto y los pasillos se convierten, de nuevo, en los protagonistas.
Algunos primerizos tratan de reconocer a las personalidades del congreso, otros, lo más curtidos, preparan con actitud metódica sus equipos.
Como con las mareas, las primeras estrellas del congreso arrastran una oleada de murmullos sobre el enmoquetado del Teatro Principal de Burgos. La expectación crece y las redes sociales se convierten en el principal foco de atención.

Cinco minutos más tarde de lo esperado, comienza la presentación bajo la atenta mirada de varios cientos de personas a través del streaming live de Agoranews. Las cuentas de twitter siguen su incesante actividad y pocos son los que alejan por mucho tiempo sus vistas de las tabletas, móviles y ordenadores.
La expectación generada por la puesta en escena de Eduardo Villanueva les arranca por un momento de sus pantallas para sumergirles en otra, esta vez la del teatro, donde Villanueva tuitea para los asistentes.

La ponencia de Alejandro Piscitelli, cargada de vídeos, capta de inmediato la atención del público, que escucha con atención las palabras del argentino.
Su participación despierta numerosas sonrisas y todo transcurre con la fluidez prevista. Únicamente la intervención de uno de los asistentes en el turno de preguntas provoca un momento tenso por la falta de entendimiento. Todo queda olvidado, sin embargo, con la llegada de la pausa café.

Las tapas de tortilla acaparan el protagonismo de las mesas y todos aprovechan para buscar entre los numerosísimos asistentes a sus conocidos y amigos.

Poco a poco, con los estómagos llenos, la gente vuelve a su asiento sin haberse desconectado siquiera. iRedes continúa.

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