D.SANCHIS Las empresas y las instituciones tienen que estar en las redes sociales, pero no de cualquier forma: deben ejercer una participación activa. Esta es la idea principal en torno a la cual se desarrolló la mesa redonda Empresas e Instituciones en las redes sociales, protagonizada por Carolina Blasco, José Antonio Gallego, Javier Pérez Ríos, Fernando Egido y Alfonso Arbaiza.
“Las redes sociales suponen una revolución para la humanidad y las empresas e instituciones tienen que estar atentas a ellas para saber dónde están los clientes y los ciudadanos”, así comenzaba Carolina Blasco el debate de la última mañana del congreso iRedes.
Nadie se opuso a su tesis. Es más, muchos incluso la completaban señalando que las empresas no deben limitarse a estar sino que tienen que desempeñar un papel muy activo en el entorno de las redes sociales. “Hay que basarse en la participación y en la transparencia” afirmó Fernando Egido.
Para Javier Pérez Ríos las redes sociales se han convertido en “un canal de atención al cliente”, y esto es un buen ejemplo de esa participación activa que se pide a las empresas e instituciones.
No obstante no todo está hecho. Alfonso Arbaiza, director general de Fundetec, consideró imprescindible saber comunicar: “el gran error es creer que los ciudadanos y las empresas entienden lo que les decimos”. Para que las empresas e instituciones cumplan bien su función en las redes sociales “hay que explicar las cosas bien, hay que hablar más llanamente”, afirmó.
En la mesa redonda no sólo se abordaron las ventajas sino también los peligros de las redes sociales. Éstas pueden convertirse en una trampa para las empresas e instituciones si no saben por qué están en ellas. Los tertulianos coincidieron en que tener una Web sin motivo es perjudicial. Todavía queda una gran labor de enseñar a las empresas a usar la Web y a gestionar su presencia en las redes sociales, aunque en este camino, según Fernando Egido, “no hay éxitos ni fracasos: hay aprendizajes.”
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